Vayas donde vayas, encontrarás inmigrantes. Yo mismo al estar aquí, soy parte de esa historia de inmigración. Contribuimos mucho haciendo nuestra parte para poder servir, trabajar y disfrutar de la vida.
Al crecer en Ghana, a veces, usábamos nuestra ropa deportiva debajo de nuestros uniformes. Así que justo después de la escuela nos quitabamos el uniforme e íbamos directamente a los campos de arena y comenzábamos a jugar.
A veces uno tenía que quitarse los zapatos de la escuela porque no quería ensuciarlos, así que jugábamos descalzos y luego uno llegaba a casa sucio y mamá decía "Oye, ¿qué estás haciendo ...?" sabía que nos encantaba y no podía evitar que dejaramos de jugar.
Creo que a muchos niños en Ghana les encantaría continuar su educación y obtener becas para venir a los Estados Unidos a experimentar el sueño americano. Las oportunidades aquí son muchas.
El sueño americano es venir a Estados Unidos para aprovechar las oportunidades que se presentan y luego convertirlas en metas para hacerlas realidad. Cuando firmé con el equipo fue un sueño hecho realidad, un gran momento para mí y mi familia.
Fue difícil dejar a mi familia porque estoy muy conectado a ellos. Llegar a un lugar donde conoces a pocas personas necesitas adaptarte a la situación y al lugar. A la larga lo que más extraño de mi familia es su amor.
Dondequiera que vaya, quiero dejar un legado, qué es cómo he servido, cómo he impactado la vida de los demás
Necesito seguir amando a los demás, porque el amor es el lenguaje universal que todos conocemos y si amas a los demás, también les estás sirviendo.