Todos somos seres humanos, ya seas blanco, negro, musulmán, cristiano, seas los que seas, somos iguales, todos tenemos corazón, así que debemos tratarnos unos a otros con amor, eso es lo que creo.
Cuando vine aquí, mi tío me pidió que le ayudará a trabajar el mercado africano, es como si estuviera en mi propio país porque veo a mucha gente y muchos hablan mi propio idioma:
“Hola! como estás?”
“Bien gracias.”
Así que es como si estuviera en mi país.
Ahora, el tío de que te había hablado me traspasó una de sus tiendas en el condado Cobb, trabajamos el mercado africano, tenemos todo tipo de comida de África oriental así que, son todos bienvenidos.
Lo peor que me ha pasado en América fue cuando tuve a mi primer hijo. Me hicieron una cesárea y no tenía a nadie cerca para ayudarme, fue muy duro, porque siempre estoy diciendo que mi país, que mi país, que mi país y lo seguiré diciendo, cuando tienes un niño te tratan como una reina, todo el mundo quiere ayudar, pero aquí, estás sola. Cada noche que el niño lloraba yo lloraba, que el niño lloraba yo lo ponía en mis brazos, y entonces sentía dolor, lloraba todo el tiempo, fue muy duro para mi.
Dios me ha bendecido. Tengo un marido maravilloso, 3 niños, tengo mi propio negocio, y yo estoy muy bien. Si me comparo con aquellos que dejé en Ghana, no es lo mismo, así que América ha sido lo mejor para mi. Si Dios quiere, volveré a mi país porque no importa a donde vayas tu casa es tú casa. Si, venimos aquí a encontrar una vida mejor, pero ¿Cuándo va a ser la vida mejor? Nadie lo sabe.
Nadie sabe cuando la vida será mejor así que sea como sea: Volveré a mi casa.